MANIFIESTO DE LA PLATAFORMA
Es un honor para mí, en nombre de la Plataforma Valle del Río Cañamares, pronunciar estas palabras ante tan concurrida audiencia.
Agradezco la presencia de las autoridades municipales, que acuden a la cabeza de sus vecinos, de las asociaciones de diverso carácter, que se han solidarizado con nuestra causa y la han hecho suya, y de todos los amigos y simpatizantes.
La gravedad que la amenaza de una cantera a cielo abierto supone para los vecinos del valle del Cañamares a tan solo unos metros de sus casas, ha tenido como revulsivo la unidad entre todos los vecinos afectados y la unanimidad de la contestación ante semejante desafuero.
Fruto de esa insólita unidad entre paisanos ha sido la formación de la plataforma arriba citada y esta venida a Guadalajara para hacer oír vuestra voz, nuestra voz.
Estando en el tablero nuestro futuro, ésta será, sin duda alguna, una jornada histórica para los pueblos de la comarca.
El inicio de nuestras tribulaciones tuvo lugar en 1.973, de forma subrepticia pero implacable, cuando las autoridades competentes declararon zona de explotación minera a la región hoy amenazada. Notad que en esta fecha tan temprana, estas decisiones se tomaban en España en ausencia de libertad, y, en nuestra tierra, con total falta de autogobierno.
Años después, en 1.999, la Delegación Provincial de Industria y Trabajo de Guadalajara otorga a Yesos La Torreña S.L. permiso de investigación sobre Medranda, Jirueque y otros pueblos de la provincia, y se inician catas y muestreos.
Pero no sería hasta el verano de 2.003 cuando la citada empresa presenta a Toledo una memoria Proyecto General de Explotación con el nombre de Medranda. Dicho ayuntamiento manifiesta a la Dirección General de Explotación Ambiental su oposición al proyecto basándose en razones ecológicas, arqueológicas y sanitarias.
Un saludable paréntesis ante esta secuencia de amenazas explícitas supone la declaración de Lugar de Interés Comunitario (LIC), en noviembre de 2.005 por parte de la Unión Europea, de los yesares de Medranda, Castilblanco de Henares y Pinilla de Jadraque. Esta importantísima declaración supuso una garantía de protección para la zona amenazada o, cuando menos, la existencia de un conflicto legal.
Finalmente, a fines de 2.006, la empresa minera presenta su estudio de impacto ambiental. Su “cantera denominada Medranda” incluye directamente términos municipales de Cendejas de la Torre, Jirueque, Jadraque, Medranda y Membrillera.
Un pastor de Medranda, Rafael, da la voz de alarma y comienza la movilización vecinal contra la cantera. Se contrata a un abogado que presenta alegaciones al proyecto basadas en su incompatibilidad con la vida humana y se procede a concienciar a la población, a asociarla y a dar a conocer nuestras inquietudes a los medios de comunicación provinciales y autonómicos principalmente.
Nos hemos manifestado en Medranda, el día 11 de febrero, y ahora estamos en Guadalajara dispuestos a forzar una decisión razonable y a la altura de nuestro tiempo por parte de la Dirección General de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha.
A continuación voy a enumerar las razones que esgrimimos para la defensa de nuestra posición.
1ª: La voluntad de los vecinos de la zona amenazada de hacer compatible su viabilidad económica mediata con su modo de vida tradicional y con las actividades económicas derivadas del turismo rural.
2ª: La necesidad de conservar la zona reconocida LIC por la U.E.
3ª: Una explotación parcial en la zona en litigio no sería ni lógica ni aceptable.
Asimismo quisiera refutar después los falaces argumentos de la yesera englobándolos en tres puntos:
1º: Que se trata de una propuesta absolutamente negativa para los habitantes de la comarca y su entorno natural.
2º: Que la apertura de una cantera a cielo abierto junto a núcleos de población supone una práctica recientemente desterrada de la U.E.
3º: Que las medidas paliativas del impacto ambiental y de restauración son insostenibles.
Nuestros pueblos han sufrido la despoblación masiva y el envejecimiento progresivo de la población desde los años 60. La actividad económica se ha basado tradicionalmente en la agricultura, la ganadería, la apicultura y sector servicios. Hoy una actividad de creciente importancia para el horizonte de nuestra comarca es el turismo rural, en consonancia con las actividades tradicionales citadas y con el medio ambiente. En la zona directamente amenazada hay un yacimiento arevaco, una necrópolis paleocristiana y un hito cidiano de gran relevancia para nuestra épica castellana, que refuerzan el atractivo cultural de la zona.
La cantera supone aniquilación de cerros, capas freáticas y manantiales, fauna, flora, ganados y personas.
La importancia de la zona LIC está basada en los yesares de Medranda, Castilblanco de Henares y Pinilla de Jadraque, situados en la margen izquierda del río Cañamares, que ofrecen, sobre sustrato de yesos, una vegetación gipsófila y un quejigar, circunstancia muy poco habitual para una especie como el “quercus faginea” (nosotros los llamamos robles), relativamente exigente en cuanto a las condiciones y humedad edáficas. La vegetación de esta ladera es un ejemplo ilustrativo de la vegetación climática en yesares sobre clima mesomediterráneo subhúmedo que no se ha podido localizar en otras zonas. A la variedad vegetal se añade una población faunística reseñable por sus aves rupícolas, sus águilas y alimoches (allí los llamamos abantos) y sus búhos. Todo ello se halla enmarcado por antiguos encinares.
Este territorio se encuentra en el punto de mira de esa yesera, que busca su ruina y exterminio. De aquí saldría, me da miedo decirlo, la parte del león de los 65 millones de metros cúbicos de yeso que pretende obtener.
Por último quiero aclarar aquí que la explotación parcial de la zona comprendida en el proyecto de la yesera no es una solución aceptable, porque el impacto ambiental sobre la fauna y las aguas de una zona relativamente pequeña sería igualmente pernicioso sobre el resto de la comarca. Las detonaciones, la apertura de caminos para la maquinaria pesada, la ruina de los montes y el vertido de aceites y derivados del petróleo afectará igualmente a todo el entorno. Este proyecto debe ser, por tanto, repudiado en su conjunto.
Echemos a continuación una mirada sobre el proyecto que esa empresa ha preparado. En primer lugar no aporta ningún beneficio a los vecinos de la zona, porque esos 10 puestos de trabajo que asegura que pondrá a su disposición, en nada se convierten si pensamos, primeramente, que se repartirán entre los cinco pueblos afectados durante un periodo de más de 50 años, y en segundo lugar, que se trata de oficios especializados (dinamiteros y expertos en maquinaria pesada) que difícilmente se corresponden con el perfil laboral de los trabajadores de la zona.
Lo que sí afectará, en cambio, a los habitantes de la zona del Cañamares y del Henares, será, una nube de polvo en suspensión producto de la trituración de los cerros, hasta dejarlos al nivel del río, que causará asma, silicosis y otras enfermedades neumológicas.
Polvo y ruido dañarán por igual animales salvajes, que se verán obligados a abandonar la zona, y rebaños, con efectos nocivos para la parición de las ovejas. Perjudicarán asimismo los cultivos y derribarán las esperanzas cifradas en una economía local cimentada en un crecimiento sostenible, mediante actividades relacionadas con un turismo rural controlado en simbiosis con el entorno.
Finalmente, si esto no se detiene, dentro de 50 años la superficie de explotación se habrá convertido en un horrible e irrecuperable desierto de montones de escoria y de residuos.
Pero si, a pesar de todo, poniéndonos en lo peor, Medio Ambiente de Castilla-La Mancha da su visto bueno para que se perpetre esta villanía, a saber, canteras a cielo abierto junto a poblaciones, ¿con qué argumentos podrán sostener nuestros gobernantes que aquello que se prohibe en la U.E. se alienta en la provincia de Guadalajara? ¿ocurrirá acaso en Guadalajara lo que algunas multinacionales de países ricos están haciendo en el solar de naciones pobres, subdesarrolladas y gobernadas por oligocracias venales? ¿quedará impune tanta soberbia?
Continuando con el proyecto de la yesera quiero añadir ahora que me produce sonrojo leer las medidas paliativas del impacto ambiental que han previsto, porque son a todas luces insuficientes, y que, si acaso confiásemos en que las restauraciones previstas para cuando la explotación termine se llevaran a cabo, ¿me quiere decir alguien qué valor tendrán 150.000 euros de 2.007 dentro de 50 o 60 años?
Para concluir quisiera insistir en que la realización del proyecto cantera es condenable porque perjudica irreversiblemente el medio ambiente, provoca enfermedades en las personas y quiebra la esperanza de supervivencia económica en los pueblos de la comarca.
Ciertamente nuestra provincia ha contribuido en el pasado y contribuye hoy de manera sustancial y solidaria al bienestar de otras regiones españolas, pero ha llegado el momento en que debemos luchar tenazmente para salvaguardar la única riqueza que nos queda: nuestra madre tierra; la tierra que cobijó y alimentó a nuestros abuelos, que nos vincula hoy con el universo, designa nuestros límites, nos personaliza, y que a la postre nos ha de cubrir para que descansemos.
Queremos custodiar la tierra para legarla a nuestros hijos y ofrecérsela a todos los hombres, y aunque hoy parezca que, en palabras de Garciasol,
“el día no le abre al pie sus senderos”
confiamos en la justicia de nuestra lucha y gritamos:
NO A LA CANTERA